Los protagonistas. A la derecha, Antonio Garrido, ex-presentador de Identity
La chica de ayer es una adaptación de la exitosa serie inglesa Life in mars. La idea, aunque parece un remix nostálgico, no es mala. Un viaje en el tiempo siempre tiene un atractivo, sobre todo el contraste entre la mentalidad del viajero y la realidad del momento y el lugar donde de repente aparece.
La mezcla de cosas conocidas es particular: teleserie policiaca (en este caso a la española) situada en los años finales de la dictadura, dos polis con mentalidades muy distintas pero que en el fondo están destinados a llevarse bien, una chica (que no falte) para asegurar la «tensión sexual no resuelta», un viaje al pasado para poder investigar un crimen del presente… vamos, Los hombres de Paco plantados en los escenarios de Cuéntame como pasó, una buddy movie o película de colegas en la que el poli bueno es un tío muy raro al que en vez darle por rebuscar en archivos y hablar con testigos ya creciditos o ancianos (Caso abierto) le da por pasar un túnel (un método tan absurdo como otros para alcanzar una nueva «dimensión») y plantarse en el pasado como si fuera Marty Mc Fly (Regreso al futuro) pero sin máquina del tiempo ni nada. Un lío, vaya. Pero un lío que en principio podría dar mucho juego.
La serie empezó con un guión regulero que fue mejorando a lo largo del primer capítulo. Una vez pasado el famoso túnel, la sensación general es que podría ser una serie entretenida. De hecho, la aparición de Antonio Garrido animó mucho el cotarro. Lo negativo (difícil de resolver) es que el actor protagonista es pésimo. No se puede entender que detrás de un proyecto en el que colabora tanta gente nadie se de cuenta de que Ernesto Alterio no sirve para actor y menos para protagonista y aún menos para protagonista de una comedia. Vale que su padre (Héctor) es buenísimo, vale que su hermana (Malena) es estupenda, pero está claro que los genes de la calidad interpretativa los ha heredado ella… ¿Cómo alguien pudo pensar en Ernesto para este papel?, más aún, ¿Cómo nadie se dio cuenta de que había que sustituirlo después de la grabación de la primera escena? Este hombre no vocaliza, pone siempre cara de estreñido… o de «fumao» … cuando el personaje se agobia el espectador se parte de la risa, cuando quiere explicar algo no se le entiende… Hasta Manuela Velasco (la «chica») bastante novata en estas lides, lo hace mejor que él.
Reconozco que hace tiempo que me pregunto si Ernesto Alterio es actor porque tiene talento o porque es hijo de Héctor. La pregunta que me hago ahora es si una serie en la que se contrata a Ernesto Alterio de protagonista puede tener éxito. La respuesta depende seguramente del peso que le den al personaje que se vislumbra verdaderamente atractivo, Gallardo, el policía que no es políticamente correcto, el que no es raro, el que no sería raro aunque se estrellara contra un túnel y sufriera por el accidente un problema de «identidad».
Os dejo un video… muy ilustrativo 🙂
Punto y al arte 